enero 2024

¿Qué son las comunidades energéticas?

Cada vez más a menudo, sentimos hablar de las comunidades energéticas como herramienta clave en el futuro de la energía. La popularidad del autoconsumo energético sube a una velocidad indiscutible en todos los estados europeos, más a raíz de las fluctuaciones de precios de la energía suministrada por las comercializadoras. Pero, ¿qué es una comunidad energética?

Las comunidades energéticas surgen cuando un grupo de ciudadanos, más o menos numeroso, pymes o administraciones locales se reúnen para decidir cómo producir su propia energía y gestionarla o bien como utilizar de una manera organizada la que hay disponible. Incluso pueden almacenar la energía que producen y venderla a otros consumidores.

Esta actividad se fundamenta actualmente en la energía de origen solar, dada la flexibilidad y facilidad de uso que ofrece, y comporta ventajas significativas tanto para los mismos miembros de la comunidad energética como para las administraciones y empresas proveedoras: no solo permite movilizar capital privado de los individuos para la instalación de plantas fotovoltaicas nuevas, sino que también aumenta la independencia de los ciudadanos de las grandes empresas eléctricas en un proceso democrático, participativo y sostenible.

Las comunidades energéticas en Cataluña y Europa

Hasta trece comarcas cuentan ya con una o más de una comunidad energética y su popularidad es creciente, especialmente en los territorios que disponen de recursos más aprovechables, como por ejemplo más horas de luz solar al año. SomEnergia, la primera iniciativa del sector a nuestro país, surgió el octubre del 2010 en Girona a raíz de la campaña de Gijsbert Huijink llamada ‘350.org’.

La idea de Huijink consistía a juntar un mínimo de 350 personas que quisieran formar una cooperativa para involucrar los ciudadanos del territorio en la instalación de energías renovables en las comarcas gerundenses. El 31 de diciembre, dos semanas después de la Asamblea Constituyente de la entidad, el objetivo se logró finalmente. A pesar de las barreras impuestas por la legislación –que todavía no estaba adaptada a cooperativas para este sector– y la crisis financiera de inicios de la década, el proyecto fue todo un éxito y en diciembre del 2020, diez años después de su fundación, SomEnergia logró la cifra de 69.000 socios y socias.

Actualmente, de un bloque de pisos a un municipio entero, cualquier colectivo con voluntad puede fundar una comunidad energética. De entre las poblaciones catalanas que se han constituido, la gran mayoría son pequeñas y medias, de entre 300 a 3.000 habitantes, pero también encontramos ciudades grandes y capitales con comunidades energéticas en marcha o en estudio como Sabadell, Reus, Olot, Cardedeu, Calella o La Pobla de Segur.

En la Unión Europea, las comunidades energéticas registradas ya son más de 9.000 y se reparten, más frecuentemente, en los estados del norte y el centro: con más de 4.500 cooperativas listadas, Alemania encabeza el ranking elaborado por el Repositorio de Comunidades Energéticas de la Comisión Europea. La siguen, más de lejos, los Países Bajos (con más de 950) y Dinamarca (con más de 630).


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